Cada vez más colegios aconsejan a los padres de sus alumnos que hagan un uso responsable y respetuoso de los grupos de WhatsApp. Los foros, creados sobre todo para mantener el contacto entre las familias derivan en ocasiones en enfrentamientos que pueden afectar al clima escolar
SOLEDAD DOMÍNGUEZ 03-10-2014 - 16:05 CET
Los docentes advierten también que los padres no deben convertirse en las agendas de sus hijos ni anticiparse a todos sus errores
Whatsapp- (CADENA SER)
Organizar cumpleaños, comprobar qué deberes tienen que llevar a los niños, acordar, en el caso de los más mayores, si pueden llegar a casa un poco más tarde... Estos son sólo algunos de los usos prácticos, que llevan sobre todo a las madres, a crear grupos de Whatsapp para tener contacto con todas las familias de la clase de sus hijos o del equipo de baloncesto. Pero en algunas ocasiones, estos grupos son también escenario de discusiones de pareja, peleas entre familias o aquelarres contra el profesor o la entrenadora de turno.
Hasta el punto de que, cada vez más escuelas, incluyen en sus charlas de inicio de curso recomendaciones para que los padres hagan un buen uso de esta herramienta. Es el caso de la Escuela Pía Sant Antoni de Barcelona, que aprovecha las reuniones pedagógicas que hacen con los padres a principio de curso para pedirles que sean respetuosos en sus comentarios y, sobre todo, que no utilicen el WhatsApp para asegurarse de que sus hijos no se olvidan de los deberes. El director Ramón Verínguez constata que "a menudo, los padres queremos ayudar tanto a nuestros hijos, que nos dejamos crecer ni hacerse autónomos. Si un día el niño no trae los deberes, puede ser bueno que la profesora le pregunte qué ha pasado y le recuerde que tiene que ser responsable de sus tareas. En cambio, si siempre solucionamos esto los padres, no los estamos ayudando a crecer". Las madres y los padres, insiste Verínguez "no podemos hacer de agenda de nuestros hijos. Ellos tienen que apuntarse los deberes y el material que va a necesitar y asumir esa responsabilidad".
Otro efecto derivado de la generalización de los grupos de padres es como cualquier incidente que pasa en el centro hace disparar las alarmas de forma inmediata en el chat. "Antes, dice un profesor del CEIP Escola de la Concepció, de Barcelona, "si un niño se caia en el patio, al cabo de una semana todos los padres lo sabían. Ahora la noticia de ese accidente se expande en un minuto" . Y la inmediatez, "unida a la descontextualización de los mensajes", puede acabar provocando, según alerta el sociólogo y director del master de humanidades de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), Francisco Núñez, que el grupo de WhatsApp se convierta por unas horas en la plaza pública en la que se carga contra un determinado profesor o contra la dirección del centro. "Cuando uno hace un comentario, contando que tu hijo se ha caído en el colegio, tú lo haces desde tu contexto. Puedes estar tomando un café con otros padres o de camino al trabajo. Y en ese contexto, lo que escribes, tiene un significado determinado. Pero al mandarlo al grupo de WhatsApp, entra en un espacio público, tu mensaje puede ser copiado y reenviado a otros foros, y llega de forma inmediata a otros móviles, a otras personas que están en otros contextos y entonces, la información se lee de formas muy diferentes. Y eso da lugar a los malentendidos, las ofensas, el sentirte agredido, el pensar ¿pero qué dice este?, ¿que se ha pensado esta madre? O ¿qué se han creído los profesores? "
También son frecuentes los malentendidos y las discusiones entre familias, que normalmente se quedan en el ámbito privado pero que, de vez en cuando, llegan hasta la escuela. La directora del Instituto de Llançà, Carmen Barceló explica que no es la primera vez que tiene que intervenir para evitar que una pelea entre padres afecte el clima del centro. "Hay padres que primero actúan y luego piensan y cuando la pelea virtual se ha salido de madre, entonces lo cuentan en el centro. Y quizás las familias han llegado al insulto o incluso al enfrentamiento directo, pero sus hijos son compañeros en clase, y se tienen que ver cada día. En algún caso yo he tenido que hablar con los hijos, que suelen estar muy avergonzados del comportamiento de sus padres, y pedirles que tengan más sentido común que sus padres y que mantengan una relación correcta y respetuosa" . Barceló considera que llegados a este punto es más fácil resolver el conflicto con los hijos que intentar reconciliar a los padres. "Me veo más capaz de convencer a los chavales que a sus padres. Los padres teóricamente ya lo saben, pero cuando a uno de ellos le parece que alguien está perjudicando a su hijo, le saltan todas las alarmas. Y en ese estado es realmente difícil razonar con ellos"
El sociólogo Francesc Núñez considera que es sobre todo "una cuestión de tiempo" el que las familias aprendan a hacer un uso más racional de esta herramienta, que como otras redes sociales tiene muchos aspectos positivos pero ante la que hay que ser escéptico. "Todos somos muy críticos y decimos que la información que corre por las redes sociales no está contrastada, y que cualquiera puede mentir. Pero en la práctica, todo el mundo acaba picando y da por buenas afirmaciones que no sabemos si son ciertas."
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